sábado, 5 de julio de 2008

Celebración 1999

Janitzio Villamar:
25 años de escritor, 15 de editor

Agafia Bermont


Así como Paz lo es para muchos, para algunos de nosotros, los escritores, lo es el primero que se acerca a una y le dice que su trabajo es interesante. Ese alguien puede no ser un fenómeno de popularidad como Rulfo o Fuentes. En mi caso, lo fue Janitzio Villamar, escritor extremadamente joven que en este año 1999 cumple 25 de escribir y 15 de editar. En su caso, editar no quiere decir su propia obra, sino editar la de otros. ¿Se imaginan? Mi pobre experiencia duró apenas unos meses y la de la mayoría de los editores igual. Sólo unos cuantos logran la proesa de editar durante 15 años. Y no se diga escribir durante 25. Algunos de los más famosos murieron antes de cumplir 25 de escribir. Janitzio Villamar publicó por vez primera en 1984, pero escribe desde diez años antes. Su nombre se hizo público hasta 1992, cuando aparece la primer Mensajero. Al filo del siglo XXI, es un autor de grandes logros y un editor entrañable.
Hagamos un poco de historia. Desde que yo lo conozco, allá por 1987, anda tratando de editar, es su locura personal. En aquel año hicimos una revistita llamada Almenares, que tuve el honor de dirigir. Un año más tarde, se inició el proyecto Sin Límites, revista en la que estuve en el Consejo Editorial al mismo tiempo que continué dirigiendo Almenares, hasta entregarla en 1992 al Tte. Ackbar, mi relevo, según la política seguida por el grupo en ese entonces, y yo, a mi vez, asumí la dirección de Sin Límites, dejada por Janitzio Villamar. En 1992 entré como coolaboradora a Equipo Mensajero. Así que, me consta que desde 1987 hasta 1999, un espacio de doce años, Janitzio Villamar ha editado revistas, porque el dinero siempre ha salido de su bolsillo, incluyendo el de Almenares. Entre sus curiosidades, además he visto y leido cierta revistita, de la que era el director, llamada El Sapo Encantado, que ya en 1987, tenía tres años de haber aparecido. La aventura duró en aquel entonces dos años. Entre los lapsos encontramos otras cositas, como aquella antología de textos literarios para la materia de estética, elaborada para el C. C. H. Vallejo o sus obras teatrales en francés, representadas en la misma escuela, de las que existe constancia en la Gaceta C. C. H. Y qué decir de todas las otras obras teatrales, ya en español, o de los poemas en griego clásico. Un alud de sorpresas no muy conocidas.
Así se cumplieron, lentamente, los quince años de edición. Acerca de los veinticinco como escritor, las cosas están más difíciles, pero no dejan de existir testimonios escritos que así lo corroboran. Tal vez algún día sean estudiados. Yo creo en ellos y conozco una gran cantidad, desde cuadernos y hojas sueltas, hasta pequeñas revistitas hechas a mano. Por cierto que Janitzio Villamar también publicó artículos culturales en revistas estilo Buenhogar y Selecciones y elaboró guiones para comics. En fin, si tratara de enumerar cada una de las actividades que ha desarrollado, se darían cuenta que sólo veinticinco años bastan para semejante cantidad de hechos. Por supuesto, el volumen de textos que acompañan todo esto es mayúsculo; hablamos de unas cien obras de teatro, varios cientos de cuentos, miles de poesías, una decena de novelas y cientos de ensayos, amén de textos de géneros o formas incalificables por mi pobre diccionario de términos literarios. Entre sus mayores curiosidades, se encuentran versos escritos en griego, tanto en verso libre como en hexámetro dactílico, a modo de continuación de la Odisea de Homero. Entre sus cuentos cabe destacar aquel raro texto en ruso y entre sus obras de teatro las que fueron escritas en francés, varias de ellas representadas en su idioma original. Agreguen a esto todavía las poesías francesas y las traducciones de los más diversos idiomas, entre los que se encuentran el griego, el latín, el francés, el inglés, el ruso, el catalán, el portugués y el italiano. ¿O me olvidaré de alguno o habrá otras que no he visto?
En estos veinticinco años, Janitzio Villamar ha hecho mucho más que dedicarse a escribir meras historias de amor, trátese de amor a la intelectual o amor a la popular. Entre muy pocos, ha destacado como autor de terror, ciencia ficción, fantasía, medieval, prehispánico y filosofía. Su relato más sonado de terror fue Mi hijo, el lobo, que alcanzó gran repercusión entre los interesados en el género, al grado de agotar la edición de Equipo Mensajero y las de Almenares, Sin Límites y Drácula´s Magazine, en donde fue nuevamente editado, debido a su gran éxito. Entre los de ciencia ficción, hay dos que llamaron poderosamente la atención de los creadores del género: La nueva máquina del tiempo y Nave comando “Emperador”. La nueva máquina del tiempo participó con cierto éxito en uno de los premios Kalpa de ciencia ficción, al que fue propuesto por los lectores y en donde obtuvo una mención. Nave comando “Emperador” hace juegos muy interesantes con el lenguaje, de manera que fue publicado en la entonces mayor revista del género, Umbrales. Entre los de tema medieval En tiempos de las cruzadas, que es el primer capítulo de una novela, cuyo título desconozco, el ensayo La literatura medieval y el excelente Poema medioeval, intenso, escalofriante, soberbio. Entre los de fantasía, el increíble Cacería de centauros y la novela que actualmente publica Equipo Mensajero por entregas, La caída del espectro, razón por la cual varios lectores han comenzado a buscar las ediciones de Equipo Mensajero. Entre los textos prehispánicos publicados, la totalidad del poemario Espíritu mexica, cuyo poema Ulama ha alcanzado más de cinco publicaciones en Equipo Mensajero, Talleres, Tierra Adentro, Almenares, Sin Límites, entre otras. Este poemario ha sido publicado de manera fraccionaria hasta en España, Uruguay y Argentina, tanto en revistas como en antologías. De tema filosófico, aunque tal vez pase más como mitológico, los poemas de Voces distantes. Del poemario Desmembrarse, ya casi se han publicado todos, algunos hasta en serie, es decir, varios en un mismo número de una misma revista, también en México y Argentina, tanto en revistas como en antologías. De tema metaliterario, Rasgos, publicado en España en forma fraccionada. Entre sus ensayos más comentados, los de literatura policiaca sobre James Bond y El Santo, amén de la inmensa historia de la literatura policiaca, aún inconclusa, publicada en Almenares. Entre los de ciencia ficción, Los dinosaurios en la literatura, publicado varias veces, tanto en Equipo Mensajero como en Umbrales y el imprescindible y también tremendamente largo La ciencia ficción a través de la historia, también publicado originalmente en Almenares. Una serie altamente controvertida, Revisteca, que ha tenido pronta repercusión a nivel nacional. También aquel Los errores de Monsiváis causó reacciones imprevistas que llegaron hasta los periódicos. Y el de la traducción movió a las escritoras latinoamericanas, quienes se desbordaron para aplaudirlo en la reunión de Escritoras Latinoamericanas del Pen Club Internacional. La serie de Los Contemporáneos comienza a ser publicada, uno tras otro, sin excepción en revistas y suplementos culturales. El ensayito sobre la sociología en Isaac Asimov causó polémica bastante enconada en el Coloquio que sobre el tema se llevó a cabo en el Centro Nacional de las Artes.
Es cierto que no se le ha publicado en libros, pero no es necesario, cuando los libros sean parte de su actividad cotidiana, no dudo que se venderán, porque la enorme cantidad de material dejado atrás sustentará al autor de libros. Es un simple fenómeno de mercadotecnia involuntaria. Por supuesto, no ocurrirá como con los autores de los grandes periódicos, que son lanzados al estrellato desde las plataformas de los diarios, pese a que ninguno de los que he leido o conozco valgan un cacahuate, porque carecen de imaginación y buena redacción. Los hay que tan sólo escriben sus propias vivencias y los que hacen sus versiones personales de textos ya muy conocidos. Por ejemplo he leido tantas veces a Rulfo y su Nos han dado la tierra o su El paso del Norte, que estoy harta. Ya ni Rulfo mismo me gusta. O Cortázar, cuántas veces he tenido que leer al Cortázar de Instrucciones para ponerse un pullover o Las babas del diablo, Paseo en los parques, en fin. Las historias que nos cuenta Janitzio Villamar son cien por ciento originales, ni siquiera como las de aquellos más hábiles que leen en inglés y traducido lo publican como si fuese suyo, como es el caso de los fusiles de John Brunner, uno de ellos hasta un premio nacional sacó, o los de Charles L. Harness, apoyado por varias becas del CNCA. Pero la ignorancia provoca eso, nuevos Stephen King que hablen mal de él y se la pasen pensando en ligeras variaciones de sus obras. ¿O no han leido las decenas de versiones de La hora del vampiro, It o Los tommynockers? Yo sí, y sinceramente, prefiero muchas veces la originalidad de Mi hijo, el lobo, que no está publicado en libro, que la copia al carbón de Harness realizada por Guillermo Lavín o las de John Brunner reescritas por Federico Schaffler. Frente a El ciclo del hombre lobo o Capitán de lobos, el Primer lobo, recién aparecida en Drácula´s Magazine, tiene mucho más que añadir al mito de los hombres lobo que los intentos ridículos de Azoth por trivializar la literatura. Y cuánto prefiero El origen de Drácula a los asquerosamente malos y aburridos vampiros de Bernardo Ruiz o Vicente Quirarte. ¿Leyeron ustedes la Sintaxis del vampiro, un remake, como dicen en cine, de un lector de cuentos de vampiros que nos comenta sus impresiones de sus lecturas? ¿Y el número especial de Plural? ¡Guácala! Jamás había leído textos tan malos! Aunque creo que miento, porque el número de vampiros de Casa del Tiempo le hace la competencia de una manera increíble. Tal vez ambas empaten en el premio a la peor revista de vampiros que haya aparecido en el mundo.
¿Y si hablamos de poesía, han leido las miles de copias malas de Neruda, Paz o Villaurrutia? También en este caso muchas han sido premiadas a nivel nacional. Basta con leer textos tan malos como los de David Huerta o los exageradamente cochinadas de Agustín Cadena, exponentes de la peor poesía en prosa que se haya escrito en la historia de la humanidad. Por supuesto, no son los únicos, porque existen otros como Ricardo Yáñez o Ernesto Lumbreras, vergüenzas nacionales. Basta con estudiar detalladamente, aun sin ser un especialista, los textos de estos autores para darse cuenta de la pobreza idiomática y de recursos, de la miseria o total carencia de contenido en sus obras. ¡Por favor, ni Letritas grandes publica poesías tan malas! El poemario Espíritu mexica plantea la inconformidad que la conciencia histórica que se nos ha tratado de imponer. Voces distantes revaloriza la cultura grecolatina, presente hasta en los nombres de los astros de nuestro sistema solar y nos la vuelve nuevamente parte de nuestro presente. Desmembrase nos obliga a creer que se puede hacer poesía de todo, hasta del hecho cotidiano de la memoria. Polvos de dragón es un poco caricaturesco, pero a fin de cuentas es un llamado más a continuar por el camino de la imaginación, otro de los dones que no poseen los animales y los seres humanos sí. Rasgos formula hasta el mayor detalle, una lógica de la poética o podría ser otra forma de llamar a la poética. En mi caso, la obra de Janitzio villamar me ha dejado mucho, me ha hecho pensar cosas que sin ella jamás hubiera pensado y me ha hecho escribir de una forma diferente. Hace ya tiempo que dediqué un poema a él, llamado Addenda, con un nombre en latín para enmarcar más en su contexto al autor que nos revela su curiosidad por la cultura grecolatina, la cultura fenicia, la Edad Media, la ciencia ficción, la fantasía, el terror, el género policiaco, la literatura mexicana, la literatura francesa, inglesa, norteamericana, en fin, cuyo cúmulo de conocimientos e intereses es tan amplio como la cultura misma.
En el ámbito ensayístico, así como los que ya comenté en poesía, existen ejemplos soberbios de trivialidad, como Aldo Alba o Blanca Martínez, el primero en versión mala de los de Janitzio Villamar y la segunda en babalú, idioma que parece extenderse desde que el tiburón escualo amigo de todos los niños ocupaba las pantallas de televisión. El interesante Los dinosaurios en la literatura nos explica la evolución de la temática de dinosaurios en la literatura de ciencia ficción, por lo que se convierte en un verdadero aporte a nuestros conocimientos. Los errores de Monsiváis desmitificó al crecido vejete del hoy sí y mañana no y lo puso en tela de juicio por primera vez. La serie Revisteca critica y analiza la función de las revistas literarias en la política y cultura del país, sin dar por hecho que alcanzan su objetivo y se adelanta a la nueva valoración que intenta hacerse de la edición en México desde que apareció la serie de facsimilares Revista Mexicanas, editada por el Fondo de Cultura Económica. La serie de El retrete de Rodin, no todos de Janitzio Villamar, desenmascara a autores y corrientes que habían llegado a ocupar pedestales por el mero hecho de ser “los revolucionarios del siglo XX” y sentirse muy posmodernos o les confiere la importancia que deberían tener, es decir, revaloriza la cultura de nuestro siglo y la reposiciona a la luz de las nuevas estéticas del siglo XXI. La serie de ensayos de cine que se han publicado, más uno o dos que he podido leer y no se han publicado, dan a conocer la literatura como fundadora y generadora de historias y argumentos, la revelan frente al público que gusta del cine.
Recientemente, fue entregada a Tte. Ackbar el libro Marte en la memoria, que incluye aquel curioso relato Lógica marciana, publicado en Equipo Mensajero en 1995. Ahora, el libro incluye otros cinco textos que conforman una serie, la de la conquista de Marte. El prólogo que preparó el Tte. Ackbar para la primera edición es magnífico y nos habla de una profundidad que no esperábamos en textos de este género. A mí, en particular, me superagradan Cuenta regresiva y Las confesiones de la comandante Minerva, aunque no carezcan totalmente de la pintoresca visión masculina de las mujeres. El tema resulta muy actual. Meses después, cuando el prólogo fue terminado, Tte. Ackbar recibió Mi hijo el lobo y otros cuentos de terror, libro del que cabe destacar los ya citados Mi hijo, el lobo, Primer lobo, El origen de Drácula y Dientes de la noche. Ahora estamos a la espera de la realización del proyecto Revelación total, que constará de doce cuentos de ciencia ficción que se antojan soberbios. Por lo pronto, los tres capítulos conocidos de La caída del espectro, son muy buenos.
Por todo lo anterior, aparte de la amistad que me une a Janitzio Villamar, creo que es sumamente importante celebrar estos 15 años de edición y 25 de escritor que ahora cumple. No me cabe la menor duda que seguirá escribiendo y empujará la literatura mexicana rumbo a las cotas más altas de la literatura universal, porque cada paso que da le sirve para mejorar y, ante la terrible adversidad que significa el menosprecio de las secciones culturales de los periódicos nacionales y de las editoras de libros, no cede.

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