sábado, 5 de julio de 2008

Celebración 1999

Janitzio Villamar:
25 años de escritor, 15 de editor

Agafia Bermont


Así como Paz lo es para muchos, para algunos de nosotros, los escritores, lo es el primero que se acerca a una y le dice que su trabajo es interesante. Ese alguien puede no ser un fenómeno de popularidad como Rulfo o Fuentes. En mi caso, lo fue Janitzio Villamar, escritor extremadamente joven que en este año 1999 cumple 25 de escribir y 15 de editar. En su caso, editar no quiere decir su propia obra, sino editar la de otros. ¿Se imaginan? Mi pobre experiencia duró apenas unos meses y la de la mayoría de los editores igual. Sólo unos cuantos logran la proesa de editar durante 15 años. Y no se diga escribir durante 25. Algunos de los más famosos murieron antes de cumplir 25 de escribir. Janitzio Villamar publicó por vez primera en 1984, pero escribe desde diez años antes. Su nombre se hizo público hasta 1992, cuando aparece la primer Mensajero. Al filo del siglo XXI, es un autor de grandes logros y un editor entrañable.
Hagamos un poco de historia. Desde que yo lo conozco, allá por 1987, anda tratando de editar, es su locura personal. En aquel año hicimos una revistita llamada Almenares, que tuve el honor de dirigir. Un año más tarde, se inició el proyecto Sin Límites, revista en la que estuve en el Consejo Editorial al mismo tiempo que continué dirigiendo Almenares, hasta entregarla en 1992 al Tte. Ackbar, mi relevo, según la política seguida por el grupo en ese entonces, y yo, a mi vez, asumí la dirección de Sin Límites, dejada por Janitzio Villamar. En 1992 entré como coolaboradora a Equipo Mensajero. Así que, me consta que desde 1987 hasta 1999, un espacio de doce años, Janitzio Villamar ha editado revistas, porque el dinero siempre ha salido de su bolsillo, incluyendo el de Almenares. Entre sus curiosidades, además he visto y leido cierta revistita, de la que era el director, llamada El Sapo Encantado, que ya en 1987, tenía tres años de haber aparecido. La aventura duró en aquel entonces dos años. Entre los lapsos encontramos otras cositas, como aquella antología de textos literarios para la materia de estética, elaborada para el C. C. H. Vallejo o sus obras teatrales en francés, representadas en la misma escuela, de las que existe constancia en la Gaceta C. C. H. Y qué decir de todas las otras obras teatrales, ya en español, o de los poemas en griego clásico. Un alud de sorpresas no muy conocidas.
Así se cumplieron, lentamente, los quince años de edición. Acerca de los veinticinco como escritor, las cosas están más difíciles, pero no dejan de existir testimonios escritos que así lo corroboran. Tal vez algún día sean estudiados. Yo creo en ellos y conozco una gran cantidad, desde cuadernos y hojas sueltas, hasta pequeñas revistitas hechas a mano. Por cierto que Janitzio Villamar también publicó artículos culturales en revistas estilo Buenhogar y Selecciones y elaboró guiones para comics. En fin, si tratara de enumerar cada una de las actividades que ha desarrollado, se darían cuenta que sólo veinticinco años bastan para semejante cantidad de hechos. Por supuesto, el volumen de textos que acompañan todo esto es mayúsculo; hablamos de unas cien obras de teatro, varios cientos de cuentos, miles de poesías, una decena de novelas y cientos de ensayos, amén de textos de géneros o formas incalificables por mi pobre diccionario de términos literarios. Entre sus mayores curiosidades, se encuentran versos escritos en griego, tanto en verso libre como en hexámetro dactílico, a modo de continuación de la Odisea de Homero. Entre sus cuentos cabe destacar aquel raro texto en ruso y entre sus obras de teatro las que fueron escritas en francés, varias de ellas representadas en su idioma original. Agreguen a esto todavía las poesías francesas y las traducciones de los más diversos idiomas, entre los que se encuentran el griego, el latín, el francés, el inglés, el ruso, el catalán, el portugués y el italiano. ¿O me olvidaré de alguno o habrá otras que no he visto?
En estos veinticinco años, Janitzio Villamar ha hecho mucho más que dedicarse a escribir meras historias de amor, trátese de amor a la intelectual o amor a la popular. Entre muy pocos, ha destacado como autor de terror, ciencia ficción, fantasía, medieval, prehispánico y filosofía. Su relato más sonado de terror fue Mi hijo, el lobo, que alcanzó gran repercusión entre los interesados en el género, al grado de agotar la edición de Equipo Mensajero y las de Almenares, Sin Límites y Drácula´s Magazine, en donde fue nuevamente editado, debido a su gran éxito. Entre los de ciencia ficción, hay dos que llamaron poderosamente la atención de los creadores del género: La nueva máquina del tiempo y Nave comando “Emperador”. La nueva máquina del tiempo participó con cierto éxito en uno de los premios Kalpa de ciencia ficción, al que fue propuesto por los lectores y en donde obtuvo una mención. Nave comando “Emperador” hace juegos muy interesantes con el lenguaje, de manera que fue publicado en la entonces mayor revista del género, Umbrales. Entre los de tema medieval En tiempos de las cruzadas, que es el primer capítulo de una novela, cuyo título desconozco, el ensayo La literatura medieval y el excelente Poema medioeval, intenso, escalofriante, soberbio. Entre los de fantasía, el increíble Cacería de centauros y la novela que actualmente publica Equipo Mensajero por entregas, La caída del espectro, razón por la cual varios lectores han comenzado a buscar las ediciones de Equipo Mensajero. Entre los textos prehispánicos publicados, la totalidad del poemario Espíritu mexica, cuyo poema Ulama ha alcanzado más de cinco publicaciones en Equipo Mensajero, Talleres, Tierra Adentro, Almenares, Sin Límites, entre otras. Este poemario ha sido publicado de manera fraccionaria hasta en España, Uruguay y Argentina, tanto en revistas como en antologías. De tema filosófico, aunque tal vez pase más como mitológico, los poemas de Voces distantes. Del poemario Desmembrarse, ya casi se han publicado todos, algunos hasta en serie, es decir, varios en un mismo número de una misma revista, también en México y Argentina, tanto en revistas como en antologías. De tema metaliterario, Rasgos, publicado en España en forma fraccionada. Entre sus ensayos más comentados, los de literatura policiaca sobre James Bond y El Santo, amén de la inmensa historia de la literatura policiaca, aún inconclusa, publicada en Almenares. Entre los de ciencia ficción, Los dinosaurios en la literatura, publicado varias veces, tanto en Equipo Mensajero como en Umbrales y el imprescindible y también tremendamente largo La ciencia ficción a través de la historia, también publicado originalmente en Almenares. Una serie altamente controvertida, Revisteca, que ha tenido pronta repercusión a nivel nacional. También aquel Los errores de Monsiváis causó reacciones imprevistas que llegaron hasta los periódicos. Y el de la traducción movió a las escritoras latinoamericanas, quienes se desbordaron para aplaudirlo en la reunión de Escritoras Latinoamericanas del Pen Club Internacional. La serie de Los Contemporáneos comienza a ser publicada, uno tras otro, sin excepción en revistas y suplementos culturales. El ensayito sobre la sociología en Isaac Asimov causó polémica bastante enconada en el Coloquio que sobre el tema se llevó a cabo en el Centro Nacional de las Artes.
Es cierto que no se le ha publicado en libros, pero no es necesario, cuando los libros sean parte de su actividad cotidiana, no dudo que se venderán, porque la enorme cantidad de material dejado atrás sustentará al autor de libros. Es un simple fenómeno de mercadotecnia involuntaria. Por supuesto, no ocurrirá como con los autores de los grandes periódicos, que son lanzados al estrellato desde las plataformas de los diarios, pese a que ninguno de los que he leido o conozco valgan un cacahuate, porque carecen de imaginación y buena redacción. Los hay que tan sólo escriben sus propias vivencias y los que hacen sus versiones personales de textos ya muy conocidos. Por ejemplo he leido tantas veces a Rulfo y su Nos han dado la tierra o su El paso del Norte, que estoy harta. Ya ni Rulfo mismo me gusta. O Cortázar, cuántas veces he tenido que leer al Cortázar de Instrucciones para ponerse un pullover o Las babas del diablo, Paseo en los parques, en fin. Las historias que nos cuenta Janitzio Villamar son cien por ciento originales, ni siquiera como las de aquellos más hábiles que leen en inglés y traducido lo publican como si fuese suyo, como es el caso de los fusiles de John Brunner, uno de ellos hasta un premio nacional sacó, o los de Charles L. Harness, apoyado por varias becas del CNCA. Pero la ignorancia provoca eso, nuevos Stephen King que hablen mal de él y se la pasen pensando en ligeras variaciones de sus obras. ¿O no han leido las decenas de versiones de La hora del vampiro, It o Los tommynockers? Yo sí, y sinceramente, prefiero muchas veces la originalidad de Mi hijo, el lobo, que no está publicado en libro, que la copia al carbón de Harness realizada por Guillermo Lavín o las de John Brunner reescritas por Federico Schaffler. Frente a El ciclo del hombre lobo o Capitán de lobos, el Primer lobo, recién aparecida en Drácula´s Magazine, tiene mucho más que añadir al mito de los hombres lobo que los intentos ridículos de Azoth por trivializar la literatura. Y cuánto prefiero El origen de Drácula a los asquerosamente malos y aburridos vampiros de Bernardo Ruiz o Vicente Quirarte. ¿Leyeron ustedes la Sintaxis del vampiro, un remake, como dicen en cine, de un lector de cuentos de vampiros que nos comenta sus impresiones de sus lecturas? ¿Y el número especial de Plural? ¡Guácala! Jamás había leído textos tan malos! Aunque creo que miento, porque el número de vampiros de Casa del Tiempo le hace la competencia de una manera increíble. Tal vez ambas empaten en el premio a la peor revista de vampiros que haya aparecido en el mundo.
¿Y si hablamos de poesía, han leido las miles de copias malas de Neruda, Paz o Villaurrutia? También en este caso muchas han sido premiadas a nivel nacional. Basta con leer textos tan malos como los de David Huerta o los exageradamente cochinadas de Agustín Cadena, exponentes de la peor poesía en prosa que se haya escrito en la historia de la humanidad. Por supuesto, no son los únicos, porque existen otros como Ricardo Yáñez o Ernesto Lumbreras, vergüenzas nacionales. Basta con estudiar detalladamente, aun sin ser un especialista, los textos de estos autores para darse cuenta de la pobreza idiomática y de recursos, de la miseria o total carencia de contenido en sus obras. ¡Por favor, ni Letritas grandes publica poesías tan malas! El poemario Espíritu mexica plantea la inconformidad que la conciencia histórica que se nos ha tratado de imponer. Voces distantes revaloriza la cultura grecolatina, presente hasta en los nombres de los astros de nuestro sistema solar y nos la vuelve nuevamente parte de nuestro presente. Desmembrase nos obliga a creer que se puede hacer poesía de todo, hasta del hecho cotidiano de la memoria. Polvos de dragón es un poco caricaturesco, pero a fin de cuentas es un llamado más a continuar por el camino de la imaginación, otro de los dones que no poseen los animales y los seres humanos sí. Rasgos formula hasta el mayor detalle, una lógica de la poética o podría ser otra forma de llamar a la poética. En mi caso, la obra de Janitzio villamar me ha dejado mucho, me ha hecho pensar cosas que sin ella jamás hubiera pensado y me ha hecho escribir de una forma diferente. Hace ya tiempo que dediqué un poema a él, llamado Addenda, con un nombre en latín para enmarcar más en su contexto al autor que nos revela su curiosidad por la cultura grecolatina, la cultura fenicia, la Edad Media, la ciencia ficción, la fantasía, el terror, el género policiaco, la literatura mexicana, la literatura francesa, inglesa, norteamericana, en fin, cuyo cúmulo de conocimientos e intereses es tan amplio como la cultura misma.
En el ámbito ensayístico, así como los que ya comenté en poesía, existen ejemplos soberbios de trivialidad, como Aldo Alba o Blanca Martínez, el primero en versión mala de los de Janitzio Villamar y la segunda en babalú, idioma que parece extenderse desde que el tiburón escualo amigo de todos los niños ocupaba las pantallas de televisión. El interesante Los dinosaurios en la literatura nos explica la evolución de la temática de dinosaurios en la literatura de ciencia ficción, por lo que se convierte en un verdadero aporte a nuestros conocimientos. Los errores de Monsiváis desmitificó al crecido vejete del hoy sí y mañana no y lo puso en tela de juicio por primera vez. La serie Revisteca critica y analiza la función de las revistas literarias en la política y cultura del país, sin dar por hecho que alcanzan su objetivo y se adelanta a la nueva valoración que intenta hacerse de la edición en México desde que apareció la serie de facsimilares Revista Mexicanas, editada por el Fondo de Cultura Económica. La serie de El retrete de Rodin, no todos de Janitzio Villamar, desenmascara a autores y corrientes que habían llegado a ocupar pedestales por el mero hecho de ser “los revolucionarios del siglo XX” y sentirse muy posmodernos o les confiere la importancia que deberían tener, es decir, revaloriza la cultura de nuestro siglo y la reposiciona a la luz de las nuevas estéticas del siglo XXI. La serie de ensayos de cine que se han publicado, más uno o dos que he podido leer y no se han publicado, dan a conocer la literatura como fundadora y generadora de historias y argumentos, la revelan frente al público que gusta del cine.
Recientemente, fue entregada a Tte. Ackbar el libro Marte en la memoria, que incluye aquel curioso relato Lógica marciana, publicado en Equipo Mensajero en 1995. Ahora, el libro incluye otros cinco textos que conforman una serie, la de la conquista de Marte. El prólogo que preparó el Tte. Ackbar para la primera edición es magnífico y nos habla de una profundidad que no esperábamos en textos de este género. A mí, en particular, me superagradan Cuenta regresiva y Las confesiones de la comandante Minerva, aunque no carezcan totalmente de la pintoresca visión masculina de las mujeres. El tema resulta muy actual. Meses después, cuando el prólogo fue terminado, Tte. Ackbar recibió Mi hijo el lobo y otros cuentos de terror, libro del que cabe destacar los ya citados Mi hijo, el lobo, Primer lobo, El origen de Drácula y Dientes de la noche. Ahora estamos a la espera de la realización del proyecto Revelación total, que constará de doce cuentos de ciencia ficción que se antojan soberbios. Por lo pronto, los tres capítulos conocidos de La caída del espectro, son muy buenos.
Por todo lo anterior, aparte de la amistad que me une a Janitzio Villamar, creo que es sumamente importante celebrar estos 15 años de edición y 25 de escritor que ahora cumple. No me cabe la menor duda que seguirá escribiendo y empujará la literatura mexicana rumbo a las cotas más altas de la literatura universal, porque cada paso que da le sirve para mejorar y, ante la terrible adversidad que significa el menosprecio de las secciones culturales de los periódicos nacionales y de las editoras de libros, no cede.

Los narradores de Equipo Mensajero

Los narradores de Equipo Mensajero

Agafia Bermont




Al igual que los poetas de Equipo Mensajero, sus narradores han conformado un compacto grupo en torno a la revista como medio de difusión. Si bien el narrador más publicado por la revista ha sido su propio director, Janitzio Villamar, no ha sido el único. Entre sus corresponsales, han destacado al menos tres: José Luis Engel de Aguascalientes, Guadalupe Ledesma de Sinaloa y Marisela Quintana de Nicaragua. Entre los autores de sus talleres podemos citar a Rosa María Esquivel y a Moisés Céspedes. Entre los fuertemente apoyados, a Daniel Gutiérrez Pedreiro, Jorge Antonio García Pérez y Raquel Jodorowsky. El grupo no es tan numeroso como el de los poetas, pero se nota que tampoco es tan reducido, como cabría esperar.
El principal detonante para la narrativa en Equipo Mensajero han sido los premios de cuento organizados, tanto los de terror, como los eróticos, urbanos y fantásticos. El número de textos ha ido en aumento, de manera que ahora encontramos en cada número una buena muestra. Sin embargo, de los autores surgidos de los premios, ninguno ha permanecido dentro del grupo. Algunos, después de ganar el premio de Equipo Mensajero han obtenido premios nacionales de cuento y conseguido becas, pero ninguno ha mantenido cotidiano correo con la revista, tal vez porque sólo pretendían ocuparla.
José Luis Engel inició su participación literaria en Aguascalientes con el Instituto Cultural de allá, pero, tras su inclusión en Equipo Mensajero, su carrera se aceleró. A Equipo Mensajero llegó a través del I Premio de Cuento de Terror, a raíz del cual fue invitado a participar como corresponsal de la revista. Poco después, el CNCA incluyó en su colección Los Cincuenta su libro Aguas, que arden. Equipo Mensajero ha publicado al menos cuatro cuentos suyos. Guadalupe Ledesma es el más conocido de los autores de narrativa de Equipo Mensajero; ha obtenido numerosos premios a nivel estatal y nacional. Entre sus libros se cuentan al menos seis: El alcalde, Los visitantes, Ajuste de cuentos, Borrón y cuento nuevo, El vendedor de jaulas y Entonces la ternura. Algunos de sus textos son incluso utilizados como libros de texto en los Bachilleres de su estado natal. Pero, como muchos autores de provincia, ha sido vejado y menospreciado. Equipo Mensajero ha sido la ventana que lo ha dado a conocer a través de todo México e Hispanoamérica. Guadalupe Ledesma llegó a Equipo Mensajero a través de amistades. Como corresponsal fue el causante de la publicación de un fuerte número de autores sinaloenses: Rossy Palau, Angélica Cifuentes y José Santos Torres, todos de altísima calidad. de él se han publicado al menos cuatro cuentos y tres poemas. Marisela Quintana hizo su aparición también por amistades, pero, como no todos los autores arribados de esta manera, llegó para quedarse. Pronto fue invitada a participar como corresponsal de Equipo Mensajero y se publicaron al menos tres de sus cuentos. Uno de sus libros se titula 5 cuentos por encargo y otro por desconsuelo.
Rosa María Esquivel llegó a Equipo Mensajero desde la revista La Pluma del Ganso. después tomó el taller de narrativa de la revista y pronto se vio publicada en la misma al menos dos veces y en periódicos nacionales como La Prensa. Moisés Céspedes ha colaborado con la revista como dibujante y como cuentista. Como dibujante ha ilustrado para por lo menos cinco números y como escritor ha sido publicado en un par de ocasiones. También ha llevado uno de los talleres de narrativa de Equipo Mensajero. Como dibujante ha hecho cómics para Vid, Novedades y muchas otras. También ha sido retratista y pintor de murales y cuadros. Daniel Gutiérrez Pedreiro, más conocido como poeta, fue revelado narrador en Equipo Mensajero, alcanzando entre todas sus publicaciones, al menos once. Entre sus libros, todos de poesía, cabe destacar Piedras en lamento, Danza de los lagartos, Sombra bajo la piel e Ícaro triste. Equipo Mensajero lo ha llevado al interior del país, en donde no era conocido, siendo que es admirado y respetado en toda Hispanoamérica. Raquel Jodorowsky fue relanzada por Equipo Mensajero, pues, tras muchos años de silencio, nuevamente fue editada para toda Hispanoamérica por Equipo Mensajero. Jorge Antonio García Pérez es un autor poco conocido, pero de gran calidad, hidalguense. Llegó a Equipo Mensajero a través del corresponsal de la revista en Hidalgo: Martín Jiménez Serrano. Se le ha publicado al menos en cuatro ocasiones, tanto poesía como cuento.
Capítulo aparte ocupa Janitzio Villamar, que ha sido el más publicado por la revista. De él se publicaron diez cuentos y está en proceso una novela por entregas. Aunque ciertamente es un autor muy prolífico, no deja de ser un escritor de gran calidad. Por su poesía, ensayos y traducciones es conocido, aunque no profusamente, en toda Hispanoamérica. Su obra narrativa ha permanecido casi en exclusiva para Equipo Mensajero, pese a que algunos antologadores han comenzado a recogerla en libros y algunas revistas han mostrado interés por ella. La inmensa mayoría de los comentarios que llegan a Equipo Mensajero hablan de los textos de este autor. Algunos proponen que escriba más, otros, cuando dejaron de salir sus textos, que volviera a escribir, otros que publique libros. Y estos los hablan de su narrativa, lo demás no viene al caso en este ensayo.
La característica común entre los autores publicados por Equipo Mensajero es la calidad. Hace poco se hicieron los índices generales de la revista y resultó que han pasado más de sesenta narradores por sus páginas. Los cuentos publicados revelan una enormidad de temas, de estilos, de lugares, por lo que no podemos enmarcarlos dentro de una tendencia, los hay de temas de terror, eróticos, costumbristas, de ciencia ficción, medievales, chistosos, amorosos, sinaloenses, coahuilenses, defeños, michoacanos, guerrerenses, tamaulipecos, veracruzanos, chiapanecos, en fin. La norma ha sido y me consta, la calidad. Los textos publicados tratan de ser claros, legibles. He leído revistas en las que los cuentos no son entendibles, tan mala es la redacción, pese a que a veces la idea sea buena o al revés, ideas pésimas con buena redacción. Y, en la mayor parte de los casos, pésima redacción con pésimas ideas. Esto sucede, a decir del propio Janitzio Villamar, no por mala fe o malos aprendizajes, sino por la imitación de malos modelos y por la cultura de la no lectura, así como se oye. En México hay una cultura de la no lectura, autores y editores que no leen y publican lo que pueden, lo que se imaginaron, sin saber si Poe escribió su Caida de la casa Usher o Ray Bradbury sus Crónicas marcianas. Cuántas veces he visto, sobre todo en las revistas de ciencia ficción y terror mexicanas cuentos famosos bajos otros nombres y lo peor, pésimamente redactados. Por ejemplo, casi todos los cuentos ganadores del Premio Puebla de Ciencia Ficción, copias casi al carbón de cuentos y novelas de John Brunner, Philip K, Dick, Asimov o Silverberg. Es una vergüenza. También he leído a Rulfo miles de veces. Lo he leído en revistas de Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, Aguascalientes, Michoacán, en fin, de todas las latitudes, firmado por cien autores diferentes bajo títulos diferentes y con muy mala redacción. Con Fuentes ocurre lo mismo y con García Márquez, el estimado Gabo, hasta autores multipremiados son sus viles imitadores.
Equipo Mensajero tiene una actitud diferente. Se busca la originalidad y la buena redacción. Recuerdo aquel texto ganador del I Premio de Cuento de Terror Mensajero, tan mal escrito, pero votado por personalidades del medio ajenas a la revista. Vi la paciencia con que se tuvo que trabajar con la autora, ya no para que quedara bien, sino sólo para que se entendiera lo que trataba de decir. El tema es prosaico y común. Lo he visto publicado, desde antes que lo “escribiera” Merari Fierro Villavicencia varias veces. Por esto y por el caso del II Premio de Cuento de Terror, cuyo ganador fue otro patán, Juan José Rojo Solís, con un cuento que no es cuento, sino crónica o ensayo, también elegido por jurados famosos, algunos tanto que salen diario en periódicos, televisión y radio, se optó por no tener jurados famosos y elegir jurados lectores, jurados con la cultura necesaria para juzgar textos y elegir a los que mostraran originalidad.
Y vale la pena mencionar que Equipo Mensajero ha sido la única revista de análisis literario, demostrado por su pronta aceptación de géneros y tendencias a aparecer. El caso más documentable es el del género de terror. Equipo Mensajero fue la primer revista en México en publicar a autores del género e impulsarlo. El Premio de Cuento de Terror, el Club del Monstruo Nobíblico, la revista Drácula´s Magazine y la propia Equipo Mensajero conformaron el género durante años, antes de la aparición de revistas propias del género y recopilaron a los autores que fueron surgiendo. Los mejores y más difundidos autores del género pasaron por sus páginas. Algunos de ellos pertenecen al grupo de narradores de Equipo Mensajero, como Janitzio Villamar, Moisés Céspedes, Marcos Manuel Rodríguez Leija, José Luis Engel, Hugo Mendieta Zerón e incluso Eduardo Sánchez Barragán. El documentadísimo ensayo de Tte. Ackbar sobre la literatura de terror en México no deja lugar a dudas, Equipo Mensajero fue la fundadora del género en nuestro país y su mayor impulsora.
El Premio de Cuento Erótico tiene poco tiempo, pero se espera que también provoque el renacimiento de la literatura erótica en México, limitada a pobrezas como las calenturas del ignorantísimo y tremendamente discriminatorio de la mujer, Óscar de la Borbolla, quien tontamente se fotofusiló a Yolanda Vargas Doulché en dos de sus novelas, Gabriel y Gabriela, a los que ni siquiera les cambió el nombre, sólo unas cuantas situaciones y la mayor descripción, mucho mayor, de las escenas escabrosas. El género comienza a levantarse, pero de sus entrañas ya parten autores de importancia. Entre los ganadores de este premio están Berenice Romano Hurtado y Svetlana Larrocha, gratamente mujeres en el tema más neciamente considerado masculino.
El resto de los cuentistas tienen en su haber un solo cuento cada uno. Lo importante aquí es preguntarse si esta muestra será la muestra que perdurará dentro de diez años y serán estos los autores que publiquen libros de narrativa en un futuro muy próximo. Si es así, es que las cosas no andan tal mal para Equipo Mensajero, pero si no es así, querrá decir que los autores que publiquen narrativa o se han mantenido alejados de la revista o han sido rechazados por ella o simplemente no han surgido. Personalmente considero que, después de tanto tiempo sin autores de narrativa, Equipo Mensajero ha hecho una importante labor y no tardará en ocupar el lugar que le corresponde al lado de su magnífica labor en poesía.

Los poetas de Equipo Mensajero

Los poetas de Equipo Mensajero

Agafia Bermont




Es difícil determinar si un grupo editorial ha logrado forjar o al menos impulsar a un grupo de poetas, pero en el caso de Equipo Mensajero el asunto es bastante claro. Primero, porque hay autores que sólo han aparecido en Equipo Mensajero o pertenecieron y pertenecen a su grupo de coolaboradores antes de comenzar a publicar en otros lugares. En segundo lugar, porque la revista tiene talleres, revistas afiliadas y numerosos eventos y muchos de estos poetas han pasado de alguna manera por sus talleres, han pertenecido a sus revistas o han participado antes que cualquier otra cosa en sus eventos para después ser publicados en la revista.
Una de las políticas fundamentales de Equipo Mensajero ha sido impulsar nuevos valores y ocupar el lugar que no muchos han ocupado, el de descubridores de talentos. A lo largo de ocho años, Equipo Mensajero ha logrado publicar a cientos de autores, tanto de poesía como de narrativa. Para alcanzar objetivos tan amplios, se pensó en ir directo al semillero, la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en donde se comenzó a organizar un Encuentro de Poesía. Por él han pasado casi 500 personas. De este enorme caudal, cerca del 10% han sido publicadas. Entre los autores publicados hay alumnos de las carreras de Letras Clásicas, Letras Hispánicas, Historia, Geografía, Pedagogía, Derecho, Psicología, Medicina, Periodismo, Letras Modernas, Filosofía, Teatro, etcétera, tanto de la UNAM como de la UAM, el IPN, ITAM, TEC, IBERO, La Salle, preparatorias de todo el D. F. Morelos, Hidalgo, Puebla, Veracruz, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y Tlaxcala en la República Mexicana y hasta de Miami. Este 10% de publicados son investigadores, profesores y alumnos de todas estas instituciones. Algunos de ellos se han integrado al Equipo Mensajero de manera irrefutable: Martín Jiménez Serrano, Gustavo Santillán, Daniel Gutiérrez Pedreiro, Daniel Mir, Mercedes Suárez, José Molina, Cristina Santana, Rafael Arzate, entre otros.
Estos conformarían el primer grupo de autores impulsados por Equipo Mensajero, particularmente Daniel Gutiérrez Pedreiro, Mercedes Suárez, Martín Jiménez Serrano y Rafael Arzate. Otro grupo lo integran los autores que han nacido y crecido con Equipo Mensajero. De los talleres han surgido Rodolfo Grajales y Armando Ortiz; de antiguas experiencias editoriales y se han mantenido fieles a esta sola revista Agafia Bermont, es decir, yo y Tte. Ackbar; de las revistas afiliadas Miguel Sánchez, Juan Pérez Duarte, Ivonne Ortiz, Guillermo Don Ahuatzin, Yazmín Téllez y Karem Méndez. Pero conviene revisar las particularidades para después sacar conclusiones generales.
José Molina fue publicado por vez primera en Equipo Mensajero, participó en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna y elaboró ensayos y otros trabajos dentro de la política editorial de Equipo Mensajero. Ahora se dedica a investigar en el área de la Filología Clásica, es decir, letras. después de su experiencia editorial se mantiene alejado de las publicación de creaciones propias. Rafael Arzate participó en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna y ha publicado en equipo Mensajero; después fue acogido por la Agencia Literaria El Gato Negro, que lo ha llevado a publicar en otras revistas. actualmente se dedica a escribir y a la cartografía. Martín Jiménez Serrano participó en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna, dirigió algunos más, fue corresponsal, integrante del Consejo Editorial, Subdirector y Director Editorial de Equipo Mensajero. Ha publicado en la dicha revista incluso reseñas y otros textos de la política editorial de la revista y se ha visto beneficiado por la Agencia Literaria El Gato Negro. Así, Martín Jiménez Serrano ha sido publicado posteriormente en Pasto Verde (Veracruz), Reflejos (Tamaulipas), Luna de Marzo (D. F.) y Tierra Adentro (D. F., ya fuera de la Agencia. Gustavo Santillán participó en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna y dirigió uno, en Voces Encontradas, en la Agencia Literaria El gato Negro, fue integrante del Consejo editorial y Subdirector de Equipo Mensajero. Para la elaboró diversos ensayos y una columna. Anteriormente había publicado en algunas revista y había ganado varios premios de periodismo juvenil. Ya dentro de la revista fue publicado en Pasto Verde (Veracruz), Reflejos (Tamaulipas, de la que fue Subdirector), Cantera Verde (Oaxaca), el periódico de Poesía (D. F.), Albatros Viajero (Tabasco, de la que fue integrante del Consejo Editorial), Luna de Marzo (D. F.), Talleres (Aguascalientes) y Contraseña (Durango). Daniel Gutiérrez Pedreiro es el caso más particular, pues casi toda su obra ha sido publicado fuera de México. Equipo Mensajero fue la primer revista que impulsó su difusión en la república, publicando cuentos y poesías suyas en muchos números y considerándolo Invitado especial en varios de los Encuentros de poesía Clásica y Moderna, así como apoyándolo a través de la Agencia Literaria El gato Negro, que, en su caso, ha rendido muy pocos frutos: Luna de Marzo (D. F.) y Reflejos (Tamaulipas). Cristina Santana participó en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna y coordinó algunos de sus eventos, publicó en Equipo Mensajero y perteneció a su Consejo Editorial. Actualmente estudia una maestría en Letras Clásicas. Daniel Mir fue apoyado por equipo Mensajero con la publicación de varios de sus poemas y su inclusión en la Agencia Literaria El Gato Negro. Mercedes Suárez ha participado y dirigido casi todos los Encuentros de poesía Clásica y Moderna, ha pertenecido al Consejo editorial de la Revista y ha sido su Directora Editorial. Como otros, ha desarrollado reseñas, ficciones y haikús dentro de la política editorial de Equipo Mensajero. Su obra ha sido incluida en la revista. Janitzio Villamar fue el fundador de la revista y ha sido su director General durante ocho años. Ha publicado narrativa y poesía y ha desarrollado ficciones, haikús, ensayos, traducciones y reseñas dentro de la política editorial de la misma. Ha participado en varios de los Encuentro de Poesía Clásica y Moderna y dirige la Agencia Literaria El Gato Negro, a través de la cual ha publicado en numerosísimas revistas: Umbrales (Tamaulipas), Asimov (D. F.), cariátides (Tamaulipas), Tierra Adentro (D. F.), Pasto Verde (Veracruz), Cantera Verde (Oaxaca), Talleres (Aguascalientes), Luna de Marzo (D. F.), Albatros Viajero (Tabasco), Xilote (D. F.), Contraseña (Durango), Chivilcoy Poético (Argentina), Pliegos de Poesía (España), La Urpila (Uruguay), entre otras. también ha impartido numerosos talleres en Equipo mensajero y dirige el centro de Estudios Literarios.
Rodolfo Grajales dirigió una de las revistas afiliadas a Equipo Mensajero y perteneció a su Consejo Editorial, además de participar en varios de los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna y publicar en sus páginas. Por si su papel en la revista no fuera aún claro, también coordinó durante un año el proyecto Se Busca, cuyo resultado fue abrumador, pues de allí surgieron las seis revistas afiliadas a Equipo Mensajero y se entrevistó a otros diez grupos más que se interesaban pero no lograron concretar su plan de trabajo. Armando Ortiz fundó dentro del proyecto Se Busca la revista Luna de Marzo y, pasado el tiempo, pasó a ocupar el cargo de director de todo el proyecto y a ser integrante del Consejo Editorial de Equipo Mensajero. En las páginas de la revista ha publicado ensayos de acuerdo con la política editorial de la misma y ha desempeñado diversas tareas en los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna. Agafia Bermont dirigió la primer revista que el grupo que después conformaría Equipo Mensajero hizo y después perteneció al Consejo Editorial de otra revista en que el mismo euipo fundó. Actualmente publica en Equipo Mensajero en calidad de autora exclusiva, aunque ya ha sido acogida en la Agencia Literaria El Gato Negro. El enigmático Tte. Ackbar, fue lanzado y apoyado por Equipo Mensajero y sólo ha publicado a través de sus páginas; incluso su breve aparición en Norte (D. F.) fue tomada de las páginas de Equipo Mensajero, como se hace constar. También este autor fue integrado a la Agencia Literaria El Gato Negro. Miguel Sánchez, Juan Pérez Duarte e Ivonne Ortiz fundaron otra de las revistas del proyecto Se Busca y publicaron en Equipo Mensajero por vez primera, además de haber participado en varios de los Encuentros de Poesías Clásica y Moderna. Yazmín Téllez, Guillermo Don Ahuatzin y Karem Méndez también fundaron una revista dentro del proyecto Se Busca, publicaron sus primeras obras en ella y las dos mujeres también en Equipo Mensajero; todos participaron en los Encuentros de Poesía Clásica y Moderna. Básicamente éstos son los poetas que integran la plantilla de poetas de Equipo Mensajero. Muchos otros son sus corresponsales y otros más han sido asiduos del grupo, pero no se han involucrado con él como los antes mencionados.
Por todo esto, es imposible considerar que no existe un grupo en torno a Equipo Mensajero, por más que parezca otra cosa. Al revisar otras revistas de la misma época, mexicanas también, se nota que uno, dos o hasta tres autores son los que hacen todo el trabajo, pero en el caso de Equipo Mensajero, es increíble el enorme número de autores regularmente publicados o estrechamente vinculados a la revista. No ha existido ningún sol tan intenso, ningún semillero tan productivo, ninguna revista que se comprometa con el cambio y el mejoramiento de sí misma como Equipo Mensajero. Todas parten de ser las mejores y mejor informadas, del más estrecho círculo de coolaboradores. Equipo Mensajero ha demostrado una y otra vez que frente al amiguismo se ha buscado una gran apertura, por eso el enorme caudal de poetas que han pasado por ella. Bástenos recordar los Encuentros de poesía Clásica y Moderna, que han convocado a tantos autores, cerca de cuatrocientos, y los Premios de Poesía Mensajero, igualmente productivos. Entre tantos poetas, entre más eventos hechos para lograr un mayor número de coolaboradores, no podían faltar los corresponsales, encargados de localizar y dirigir a los autores de sus estados hacia la revista. Mantener veinticuatro corresponsales no es tarea fácil, pero en equipo Mensajero se ha hecho y no cabe duda que ha rendido frutos. Si tuviéramos a la mano un índice de coolaboradores y uno del archivo, nos podríamos dar cuenta de la cantidad de autores que han pasado por cada evento, cada sesión del Consejo Editorial, cada revista. El cúmulo debe ser ya mayor a mil. Una revista que pretende abrir sus puertas no hace todo esto. Por el contrario, el número de coolaboradores es pequeño y se amplían conforme sus directivos van conociendo a otros autores, que es el caso hasta de Vuelta. Tal vez por eso el nombre. Feo, sin lugar a dudas, pero sumamente expresivo.
A lo largo de sus ocho años de existencia, Equipo Mensajero ha difundido cientos de autores, los ha guiado, los ha educado. A través de sus revistas afiliadas, a través de sus premios, talleres, sus propias páginas, ha creado un cúmulo sumamente impresionante. Y eso sí puedo asegurárselos, nunca ha tenido que publicar lo que ha mandado a su archivo, siempre se ha encontrado con la grata sorpresa de hallar en muchos otros lados a los autores por ella publicados. Prácticamente, tal vez a excepción de la ya extinta Vuelta, Equipo Mensajero ha publicado a casi todos los autores que andan navegando por el mundo de las letras y aparecen de manera constante en una u otra revista. Si no me creen, revisen sus índices. Hasta las últimas antologías poéticas incluyen autores previamente por Equipo Mensajero. Cosa que no debe extrañarnos porque, según recuerdo, en Equipo Mensajero se pretendía realizar una importante plataforma de lanzamiento: ser los primeros en publicar a... ser los primeros en lanzar a... Y se ha logrado. Entre muchos de sus corresponsales y amigos ha cobrado fama por haberlos “descubierto”, pues poco después han ganado premios, becas, han publicado libros o por fin se les ha admitido en otras revistas. Equipo Mensajero es hoy sinónimo de trabajo y dedicación, de constancia y perseverancia, de capacidad y calidad. Aunque haya quien diga lo contrario, es innegable que la barquichuela ha soportado ocho años sin naufragar y que de ser una revista de 1,000 ejemplares pasó a ser una de 4,000 y el número de páginas aumentó y su portada ahora es a colores y busca ganar una imagen y es conocida en prácticamente en todo el país y gran parte de Hispanoamérica. El número de llamadas para pedir autorización para citar los ensayos incluidos en ella va en aumento; el número de cartas de felicitación, que nunca han sido publicadas por su cantidad es excesivo; el número de coolaboraciones enviadas se multiplica constantemente.
Y los poetas, ese grupo que se creó con cada una de las revistas anteriores es un círculo que tiende a desaparecer, porque en Equipo Mensajero hay autores de todas las tendencias y grupos. Los poetas de viejas vanguardias, los neoclásicos, los románticos y los más postmodernos se dan cita en sus páginas, siempre y cuando tengan algo que decir. Como ya dije, existe un número de autores que pueden ser catalogados como autores de Equipo Mensajero, otro, el más numeroso, de autores surgidos de Equipo Mensajero y otro de aparecidos en Equipo Mensajero. Independientemente del caso, todos han visto la luz desde allí, hecho que nos llevó a pensar que dicha revista ha hecho una importantísima labor hasta ahora inédita en México, pues también existen quienes publican una vez a cada autor que llega a sus manos, sin elegir. La única exigencia es un encuentro de gustos que promuevan la publicación del texto. Cada número es una miniencuesta, como alguna vez dijera su director, Janitzio Villamar. Y en este contexto, la poesía ha tenido un lugar trascendental.
Los poetas de estos grupos comienzan a destacar, unos por su habilidad de trato político, otros por la calidad de sus textos., pero el nombre de Equipo Mensajero en el curriculum es sinónimo de verdaderamente haber sido cuestionados y elegidos entre un enorme cúmulo de autores y haber pasado por el difícil tamiz. El mismo Janitzio Villamar ha sido ya publicado en casi toda Hispanoamérica. Daniel Gutiérrez Pedreiro ha sido intensamente publicado y reconocido, incluso hasta plagiado. Daniel Mir, Martín Jiménez Serrano, son poetas que empiezan a c ser conocidos en el mundo de las letras en México. Actualmente, la poesía de algunos de estos autores comienza a ser comentada, uno de los pasos más difíciles para los autores jóvenes. Y lo más complicado, es mantenerse durante años en el mundo de las revistas, porque para muchas revistas a cada autor hay que publicarlo una vez. Cuando las revistas publican a algún poeta dos veces es que verdaderamente lo valoran o pertenece a su equipo editorial. Es el caso de muchos de estos autores de Equipo Mensajero. Al Tte. Ackbar incluso se le publicó en la revista Norte, revista que recorre los más lejanos senderos de la hispanidad.