lunes, 22 de noviembre de 2021

Poemas 2

 Débil es mi páramo.

Entre sus ocasos, mi alma se derrite.

Oculto salvaje, salvajemente,

La morada en que guardo tus tiernos trinos.

 

De las manos se me escapa,

Por los labios me brota la espuma que reverbera.

A ocultarla nunca acierto.

 

Me miras y bajo las pupilas encierro,

De mi alma las voces que gritan

Con velocidad, rápida locura,

La precisa estación a la que migran mis manecillas.

 

No quise arrojarme a la oscuridad de tus botones,

No quise que mis labios rosaran tantas veces de tu miel la piel,

No quise que el entusiasmo zarpara con tanto brío, no.

 

El deseo me eyacula…

Dentro de mí, se esparce el eco de tu sombra

Y lo nombro semilla.

Hace tiempo, entre palomas,

De tus ojos el destello me ensombreció

Y vivo ahora, infante de pestañas largas,

Abrumada, estática, en estatua convertida.

 

En la imaginación construyo una y otra vez

Con martillos y cinceles,

Con arte y artificio,

Una y mil de tus ojos las imitaciones.

 

Mas, entristecida, columbro

Que no existen sin tus ojos, tus ojos de pestañas,

Largas, largas pestañas, negras sonrisas de tu mirada.

 

Me han ensordecido tus palomas, me sobrevuelan,

Me penetran, en mí cantan eternamente,

Las palomas, tus palomas, el suave aleteo,

De tus ojos el vuelo, a mí me sobrevuelan,

En mí habitan, soy de ellos la morada.

¡Cuántas virtudes encienden tu pecho, cuántas!

Las veo decorar tu cuerpo

Y lo toco, desnudo, palpitante,

Buscando entre sus poros las virtudes.

 

A mí me encienden,

Y completo me trago el medallero,

Asumo que soy quien las otorga, mas no, no, nunca quien las porta,

Tus medallas, tus virtudes

Y me transmites, transmigran

Tus medallas, tus virtudes:

Violenta reacción en mi interior cuando el disparo sobreviene,

Dentro de mí, el disparo, el disparo,

Violenta, violenta, no hay más,

Violenta en mí, por el disparo,

Dentro, muy dentro, asimilo de mis pecado la absolución,

Obtengo la ansia calma.

Me llaman Miedo,

Agafia Miedo.

Tengo dos manos… paralizadas,

Tengo la boca, que congela el hielo.

 

Admitir que en ti mi canción se repite constantemente,

Mi valentía agota.

Y dejar no puedo el estribillo, no puedo:

Me abruma tu existencia, tu existencia,

Me abruma el peso de tu cuerpo sobre el mío, mío.

Me abruma sentir que por un instante me pertenece la fuerza de tu corazón,

la más oculta simetría,

el silencio que en mí se manifiesta ruido,

la incógnita que en mí cobra brío.

 

Me llaman Miedo,

Agafia Miedo, 

me llaman…

Envuelta en miedo,

A ti entrego miedo.

Me recubre el miedo, 

te entrego miedo.

Tras la muralla pretendo, yo pretendo

Resistir de tus pezones los asaltos,

Pretendo borrar del recuerdo tu mirada y el largo asedio de tus palabras…

Perdida estoy,

Perdida estoy,

No existe muralla, no existe la defensa que detenga

De mis rodillas el golpeteo:

Miedo soy,

Agafia Miedo.

 

Entre mis ojos escarba el miedo,

Anida el miedo, anida,

Entre mis ojos escarba…

Miedo a tus miradas,

A tus suave retorno al nido que te construyo dentro, muy dentro,

Al nido que yo misma tejo,

Miedo,

Miedo a que florezca en mí tu primavera.

Has diluido mi resistencia.

No sé porqué  a tus miradas me resisto, no sé.

Tengo el olor de la guayaba entre mis dedos.

El susurro de tu piel me aniquila.

El miedo oculta su trinchera,

Envuelto queda, envuelto,

El miedo envuelto queda,

Entre la victoria queda,

Trabado, oculto queda,

El miedo, miedo queda.

 

Hoy al entierro asisto, hoy,

Al del miedo acudo al entierro.

De luto quedo,

No hay punto de resguardo,

No ocultarme puedo,

El miedo cede,

El miedo se me ha, se me ha

Muerto, muerto, muerto.

 

Me inundan la calma y el fuego fuego.

Me atrae tu espalda,

Tu pecho, tu cara, tu piel,

Me atrae de ti el infinito,

La total de tu piel, de tu voz, de tu compañía que completa

Mi vacío, me llena,

En mí instala su corporeidad.

 

Has diluido mi resistencia,

A ti abro mi interior

Y me miras el alma y sus secretos.

El miedo se me esconde,

El miedo se me apaga,

El miedo muere.

De luto estoy,

Procesión que de guirnaldas me teje collares, pulseras, anillos, los aretes…

Bebo miedo.

En la copa se acumula el miedo.

Es alarma, de atención llamada.

 

En mi corazón penetra tu dimensión oculta,

Abres de mí los dulces, muy dulces capullos,

Estás en mí, en mí te derramas,

Eres de mí razón, paradigma.

 

Bebo miedo,

En la copa se me acumula, lo bebo,

Mas al miedo no se suma el miedo.

Al miedo revienta el miedo.

 

Me penetras.

 

En ti estoy, en mí estás:

Enclave sin definiciones,

Motivo de creación.

Miedo que aparta su presencia.

 

Soy flor, alarma que derrama voces:

El miedo retira ya su existencia.
Gira el cielo en su magnificencia.

La luz destella colores en mi piel:

Estás en mí, eres luz en mí.

 

Quiero desterrar el miedo,

Quiero orillar su piel a la inexistencia:

Soy cielo que expande su realidad.

 

Mi tierra cobija silencios que ocultas, ocultas,

En mí sí gritas, sí vociferas,

Soy tierra, soy raíz, maceta.

Planta en mí destinos,

En mí agita las alas de tu molde.

 

Gira, lo sabes, del cielo la magnificencia,

Es su magnitud, en mí, isla y refugio, cálido refugio.

 

Eres Cielo en mí.
Hoy la fuerza del movimiento,

Todo está en movimiento,

Me consume, me aprisiona.

Soy jaula de amplias dimensiones:

Miro la realidad distorsionada.

 

Hoy, mi realidad respiras:

Eres mi pasión, mi vértebra.

 

El miedo a ti te lo paso.

No tengo en la piel barreras,

Ya no tengo mas ocultos muros:

Han caídos de los obstáculos la infinitud.

 

Estamos en movimiento, en movimiento,

De moverte no dejes,

Dentro de mí, no dejes:

Persiste,

Continúa, no pares,

Soy golondrina que sus nidos establece

Al vaivén de tu olas, tu marea.
Tengo miedo.

El miedo persiste en mí.

Con directas las palabras a mí me digo:

“no te enamores, no te enamores”,

contradigo mi palabra, la traiciono.

 

No puedo dejar el capote entre camerinos,

No puedo, no puedo,

Siempre la espalda el lomo atraviesa, mas…

Es mi espalda ahora, mi espalda ahora, mi espalda, ahora, la mi ahora

La que atraviesa la espada,  mi espalda la espalda, mi espada.

 

Tengo miedo, miedo, miedo,

En mí persiste el miedo,

En mí persiste,

Se aloja en mi cerebro, lo desahucio, lo extirpo, lo desajolo…

De mi mente lo expulso,

Al miedo yo lo desalojo, 

Tengo miedo,

De enamorarme tengo  tengo miedo, miedo.

 

Tengo miedo,

Yo tengo miedo, yo, 

Miedo, miedo, tengo miedo,

Yo de enamorarme tengo miedo

Miedo, miedo, miedo,

De enamorarme tengo miedo.

domingo, 11 de julio de 2021

Castigo conforme a la ley a la destructora del poemario Yehohanán

 Estamos totalmente indignados y solicitamos a las autoridades competentes que resuelvan el asunto. Recién nos enteramos de la destrucción del poemario Yehohanán, que solo existía manuscrito. Pedimos se castigue de manera ejemplar su destrucción, ya que se trataba de un texto llamado a convertirse en un clásico de la literatura mexicana y en lengua española. Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador, Alejandra Fraustro: basta de permitir la destrucción del patrimonio de los mexicanos. Queremos y solicitamos castigo para la perpetradora de tal ultraje. De la misma manera, solicitamos a la UAZ (Universidad Autónoma de Zacatecas), que tenga un poco de dignidad y no permita que semejante persona siga en sus filas.