lunes, 15 de enero de 2024

Poemas 6

 En tu cuerpo

(primera parte)


I

 

 

En tu cuerpo,

Las olas de mi destino recalan,

Su movimiento al fin detienen,

Su acuoso cuerpo que con tu cuerpo

En manto de agua se transforma.

 

En tu cuerpo caben mis auspicios,

En él celebramos del mar la vastedad,

En él la saliva se me agota,

En él no hay sino de mí la continua la presencia.

 

 

En tu cuerpo mis caricias se prolongan,

Con él reinvento de mis tibios ojos las miradas,

Con él imagino islas que aún no existen,

Con la retórica inventa nuevos libros.

 

A tu cuerpo las olas de mi destino arriban,

En él derriban de las olas la transparencia,

Con él murmuran nuevos marítimos los cantos,

De él extraen la sal de mis lágrimas y dedos.

 

En tu cuerpo, con tu cuerpo, de tu cuerpo

Mi sol extrae su luz,

Sus mitos, sus leyendas, sus divagaciones,

Y sin él, no soy sino tristeza, sino dolor.


 

II

 

 

¿Qué hay del calor que agita el mar de mi garganta?

¿Qué hay de la voz que solo sale por mis ojos?

¿Dónde quedó el horizonte sin mis pestañas clavadas en tu paciencia?

 

Me duele que el mar no tenga olas,

Que la sal retire de él su presencia,

Que las islas se hayan agotado,

Que mis labios tu cuerpo no tengan a su alcance.

 

Tu mar se agolpa en mis ventanas

Y me inunda la garganta y los pechos y la espalda.

 

Por toda la piel el olor de tu voz me conmueve

Y no tengo ya sino agua salada que me ahoga.


 

III

 

 

En tu cuerpo se mece mi alma

Y es agua que a chorros brota

En cada rincón, en cada el contacto.

Con él acumulo en un solo el llanto

Y vuelta mar, mis olas en ti florecen.

 

No puedo sino imaginar de él la acuosa voz,

No puedo sino crear en mi cuerpo

De él la agitada agitada voz.

 

En tu cuerpo mi cuerpo sus amarras las enreda,

En tu cuerpo ya entre proa y popa no distingo

Y el vaivén de sus olas nubla de mis velas el horizonte.

 

No puedo resistir ya la marea,

No puedo de tu agreste cuerpo resistir la marea, la marea.


 

IV

 

 

Veo el sol que ilumina de mi piel el horizonte

Y es tu cuerpo el sol que a mi cuerpo de vida lo recubre,

Es tu cuerpo el único alimento,

La alegre sensación de las marítimas las olas,

La marítima sensación de tus alegres olas.

 

Veo tu cuerpo sol que profundiza mis palabras

Y el mundo que crea en mí tu aguda la marea.

Veo tu cuerpo, obsesivamente, obsesiva,

Lo veo en cada gota, en cada de mar las olas.

En cada playa, cada isla, en cada del sol las mareas.

 

Veo, veo tu cuerpo, veo,

Y a repetirlo aprendo en cada lengua,

En cada de mis pulmones las respiraciones,

En cada sentido que en mí despierta

Tu tibio cuerpo de las mareas el resultado.


 

V

 

 

Despierta en mi piel el cielo de tu cuerpo

Y en mis manos hay solo luz.

Y no puedo sentir de la vida los duros límites,

Ni de la tristeza la dura perversidad,

Ni del destino el conocido y duro fin,

Con tu cuerpo entre mis olas,

Con tu cuerpo que derrama de mis ojos las salinas olas,

Con tu cuerpo entre los dedos de mi acuosa acuosa piel.

 

Despierta en cada de mi piel las gotas

Tu cuerpo, el desfile incontenible de agrestes olas.

Es río y vasto mar, el océano que frecuenta mis pupilas,

La enorme e incontable cantidad del agua

Que ahoga en mi interior cualquier trágico intento

Por al vaivén de tus olas escapar.


 

VI

 

 

Y me dicen que no existe mar que no se agote,

Mas claramente no lo entienden, no,

No es del tiempo el paso ni la polución,

Es el infinito de la mi memoria, mi memoria,

El inabarcable en mí el mar y sus agitadas olas,

Es el tibio calor de mis palmas sobre tu cálido cuerpo,

Lo que el vaivén no, no agota,

El que regresa, va y viene, sube y baja,

En de la mi memoria el espacio.

 

En mí de tu cuerpo las eternas aguas

Son en verdad eternas y su movimiento no se detiene,

Tu cuerpo es en mí eterno

Tu cuerpo es del mar en mi interior la eterna la memoria,

Es tu cuerpo el entero mar de mi eterna la memoria.


 

VII

 

 

De tu cuerpo celebro el agua,

De tu cuerpo la cúspide de la marea.

Celebro de tu cuerpo el mágico el vaivén

Y la sombra que en mis alas se proyecta.

 

El agua de tu cuerpo yo celebro,

La cristalina superficie que me corta,

La agitada superficie que la vida en mí permite.

 

Quiero de tus olas el acuoso cuerpo fértil,

Y de cada isla y cada arrecife su vida entera,

Contigo ser del mar la salada la cadencia,

Contigo el trasiego de corrientes,

Contigo el reflejo que en las olas la acuosa luna imprime,

Símbolo de luz en mi interior,

Brillo que agita y conmueve en mi cuerpo las sus marismas.

 

De tu cuerpo celebro yo el agua,

De tu cuerpo la alta cúspide de la marea,

De tu cuerpo, es tan simple, del agua la cálida la existencia.


 

VIII

 

 

No puedo, nunca temer lo puedo,

Que de tu cuerpo acaben en mí las olas.

No puedo, temer no puedo,

Que de tu cuerpo acaben en mí las olas.

 

Es imposible, créelo, imposible,

Nací con el mar y de morir en sus blancas olas,

Nací con el primer contacto de tu agitado cuerpo

Y el último suspiro con tu cuerpo anidado en mi piel me sorprenderá.

 

No, no puedo temer el olvido,

No puedo incurrir en el temible error,

En conciencia o dormida, del agitado mar de tu cuerpo

A mis sentidos su la sal los conmueve.

 

¿Cómo puedo temer entonces

Que el mar sus olas las apague,

Que el cielo a derretirse alcance,

Que el sol agote su intangible luz?

 

No, no puedo, no puedo,

No puedo temer al pérfido el olvido,

De tu cuerpo no puedo temer el olvido,

A tu cuerpo mis tangibles olas lo recuerdan,

Y mientras su largo el cabello lo agiten

Olvidar de ti el cuerpo no, no puedo.


 

IX

 

 

En tu cuerpo el mar inscribe todos todos sus los nombres

Y a partir de tu cuerpo del mar la vida entera

Se reproduce, se reproduce, se reproduce.

 

De tu cuerpo brota en mí el mar

Y con él soy solo solo mar,

Mar que refleja, en movimiento, de tu cuerpo la alborada,

Que refleja cada ola, cada isla, cada corriente, cada gota.

 

Soy la sal que en tu cuerpo se disuelve,

El río que teje en tu piel de los peces sus aletas,

De los peces la profunda la respiración,

De los peces las continuas migraciones.

 

En tu cuerpo soy un solo de la sal el grano,

Del fértil mar una sola, mas felicísima, acuosa gota.


 

X

 

 

En tu cuerpo no hay esquinas,

En tu cuerpo no hay de la vida errores,

En tu cuerpo solo solo mi vista encaja.

Y no aparto de su azulada tersura las mis alegres manos,

No puedo de su marítima alegría desprender la voz,

No existo sin sus continuas olas que en mí llueven

De la distancia los curvos los caminos,

De las dualidades el mayor a uno el conteo.

 

Sin tu cuerpo mi cuerpo no ocupa espacio,

Sin tu cuerpo en mi piel no hay del mar el movimiento,

Sin tu cuerpo no tengo ojos, oídos, manos, de la garganta la acuosa voz.

 

En tu cuerpo me distraigo con el mar,

En tu cuerpo solo habita solo el mar solo,

En tu cuerpo detengo de mi equilibrio la ajena la marea,

En tu cuerpo no hay más esquinas,

En tu cuerpo no imagino de la vida errores,

En tu cuerpo mi vista encaja y con tu cuerpo eternamente permanece.

Poemas 5

 Oda a tu cuerpo

(tercera parte)

21

 

 

¿Cómo puedo yo expresar lo que mi piel

ante tu desnuda piel experimenta?

¿Cómo puedo en verso describir

la sensación, la experiencia, la vivencia

que tu cuerpo en mi cuerpo las provoca?

 ¿Cómo, cómo, dime, cómo puedo

de alguna la manera compartir la sensación?

No creo tener palabras,

no creo tener la inimaginable capacidad.

¡No, no creo que pueda a otros hacer sentir

lo que tu cuerpo en mi cuerpo lo provoca!


 

22

 

 

Es en mí todo dudas,

es en mí todo del dolor el dolor

y en mi piel el anhelo, la tristeza:

no puedo, ya no, ya no puedo

sin el contacto de tu cuerpo existir,

sin tu piel no puedo ya respirar,

sin tu piel no puedo ya las estrellas yo mirar.

 

Carezco de voluntad,

sin tu cuerpo no tengo ya voluntad.

Entre mis dedos, de tu piel la caricia

y en mis labios de tu piel la tersura

y no hay hojas ni luz ni agua

y la sed y el hambre y el dolor me consumen

sin tu piel, tu piel, tu cuerpo.


 

23

 

 

De llorar no paro ni un solo el instante

si tu cuerpo desnudo a mi lado no comparece,

si tu piel no de mis sentidos es una parte, 

si tu existencia no la mía la sostiene,

tu desnudo, tu sin ropa, sin censura piel.

Me lloran los mis ojos y cada de mi piel los poros

y la cabellera larga toda y los pechos,

me lloran los brazos y las piernas,

y de mi abdomen cada rasgo y de mi espalda cada sombra,

me lloran las pestañas y las cejas,

a me lloran los pies y las manos

y cada interno de mí los enamorados,

si tu piel no cubre con su ternura la mi piel.


 


 

24

 

 

Sin tu piel yo sufro:

me sufren la piel y sus muchos dedos,

me sufren del mi cuerpo todas las mis lágrimas,

ay, me sufren de los ojos las miradas,

sin tu cuerpo me sufre de la nostalgia el silencio.

A me lloran los labios en espera

y de mis yemas el contacto a me llora,

y de mi cuerpo a me lloran los todos los sentidos.

Sin tu piel ya no vivo, sin tu piel, sin tu piel,

sin tu piel no respiro, no camino,

nada en mí del Sol y la luna el brillo lo percibe.

sin tu piel, no tengo ya ningún destino.


 

25

 

 

En un solo grito lo resumo:

tu cuerpo es mi latido,

sin tu cuerpo las sombras me dominan,

es tu cuerpo voz, marcha, vida.

En él el bosque alcanza su equilibrio,

el desierto fértil cobra vida,

el mar sus peces al fin recobra.

Por tu cuerpo mi cuerpo grita,

es tu cuerpo en mi cuerpo alegre grito,

es tu grito cuerpo que me enardece,

es mi cuerpo manifestación tan solo

del de tu cuerpo el erótico el grito.

De mi cuerpo la razón se desprende,

sin tu cuerpo mi cuerpo ya enloquece.


 

26

 

 

Sin tu cuerpo, mi cuerpo no respira,

sin tu cuerpo, mi cuerpo no amanece

y durante el día la muerte en él habita

y por la noche muerto permanece, muerto.

 

Cadáver amanecido que no respira

es mi torturado cuerpo sin tu cuerpo,

aherrojado, encarcelado, mutilado,

mi cuerpo sin tu cuerpo desespera

y aún sin fuego, sin aire, sin vida,

sin tu cuerpo, sin tu cuerpo, mi cuerpo desespera,

mi cuerpo desespera.


 

27

 

 

¿Qué más quieres yo te diga,

qué esperas, oh, insensible de hermoso cuerpo,

para traer tu divina piel hasta mi piel,

para cubrir con tu perfecto cuerpo mi ya marchito cuerpo?

 

¡Vamos, tu cuerpo acerca,

permite acaricie de tu cuerpo la fresca piel,

deja me alimente con tu cuerpo,

que beba de cada uno de tus poros, vamos!

 

No puede ya la espera tardar,

no puedo dilatar más mi abstinencia,

de tu cuerpo la homicida abstinencia.

Desesperada estoy y no hay de tu piel

calor que en mi piel se esparza,

no hay de tu cuerpo eterna cercanía,

a extrañarte no, no aprendo.


 

28

 

 

Es mi cuerpo sin tu cuerpo pérdida total,

sin tu cuerpo cadáver, zombie, un fantasma.

No hay en el mundo para mi cuerpo cabida

sin tu cuerpo cerca, sin mi cuerpo que se enrede

en tu piel, el contacto con tu piel, de tu piel la luz.

Es mi cuerpo sin tu cuerpo la más profunda oscuridad,

sin tu cuerpo acre el desierto, cauce seco, por el fuego

devorado bosque, isla por su volcán hundida,

sin tu cuerpo ni reflejo, ni sombra, ni ceniza.

Es mi cuerpo sin tu cuerpo la completa ausencia,

sin tu cuerpo es ya no cuerpo, ya no piel, 

sin tu cuerpo, la existencia pierdo,

sin tu cuerpo, la existencia yo la niego.


 

29

 

 

Solo en tu cuerpo cuerpo soy,

solo con tu cuerpo mi cuerpo existe,

solo entre tu cuerpo mi cuerpo respira,

solo a tu cuerpo mi cuerpo imagina,

solo, solo para tu cuerpo mi cuerpo se levanta.

Por la mañana, tu cuerpo desayuno

y por la tarde es mi alimento

y por la noche solo de él bebo.

No tengo elección, no tengo otra opción:

o es tu cuerpo o es tu cuerpo.

Yo sin tu cuerpo ya no duermo, ya no como,

sin tu cuerpo no me muevo, sin tu cuerpo no transito.

Mi existencia a mirarte, a tocarte la dedico,

en tu cuerpo existo,

con tu cuerpo, por tu cuerpo, entre, entre tu cuerpo.


 

30

 

 

Por todos lados veo desnudos cuerpos,

una erotizada sociedad de prejuicios llena,

en la tele o en el cine y los anuncios por la calle,

desnudos cuerpos mi vista acechan,

en revista y en la calle, los desnudos se presentan.

De gimnasio, operados, del clembuterol los hijos,

¡ay, cuántos, cuántos desnudos cuerpos, cuerpos,

mas no los miro, no los veo!

Yo, por todos lados, tu desnudo cuerpo encuentro:

en mi sopa y en mi cereal,

en el jugo y mi huevo tu cuerpo encuentro,

en mi escritorio, en mi lap, en el celular, tu cuerpo cuerpo,

yo a él solo lo encuentro,

al mirar por la ventana,

en el cielo, en el vidrio, en mis ojos

tu desnudo cuerpo, solo tu cuerpo, yo lo encuentro.

Y en el aire que respiro y en mi sangre

solo, solo tu cuerpo yo lo encuentro.

Y en mi piel y en mi cuello, mi boca boca

solo, solo tu cuerpo yo lo encuentro.

Y en mis recuerdos y en mis compras

y en la dulce almohada y en el agua,

solo, solo tu cuerpo yo lo encuentro.

Y en el sol y la luna y las nubes

y cada de polvo mota y en cada del gato el maullido,

solo, solo tu desnudo cuerpo yo, yo lo encuentro.

Poemas 4

 Oda a tu cuerpo (segunda parte)


11

 

 

Y es cierto, de tu pecho hablar no lo necesito,

de tu abdomen o de tus pezones,

o acaso de tus piernas o tus nalgas,

o de tus brazos o tus pies o tu rostro,

hablar no lo necesito.

Suficiente es de tu cuerpo y tu piel mención hacer.


 

12

 

 

Solo tu cuerpo reproduce mi deseo.

solo en tu cuerpo mi deseo se realiza.

Solo con tu cuerpo mi cuerpo existe.

Cada beso, cada la caricia, cada movimiento

de tu piel transfigura mi piel en piel,

cada, cada, cada beso, la caricia, movimiento

permite a mi vida real volverse,

ser aire y agua, sol y luna,

luna lunera, de acero la nocturna, de acero,

lunacero, la que espía desde el cielo,

la que mi cuerpo lo conmueve.

Solo, solo cuerpo a me da la vida,

solo tu cuerpo magnetiza de mí los ojos,

solo tu cuerpo imanta de mi piel cada, cada poro.


 

13

 

 

¿Qué pretendes que a mí me enciendes?

¿Qué anhelo tu cuerpo atraviesa

que al mío lo desnuda y a sí lo atrae?

¿Cuál es la irresistible pretensión,

cuál el oculto el objetivo?

Resistirme nunca puedo, 

mi piel de tu piel el aroma lo requiere, 

de tu piel la dulce experiencia,

de tu piel la amarga, cruel al fin, la despedida,

pues sin la negra la nostalgia

anhelarla no, no puede,

esperar que vuelva, que se acerque, que el contacto inicie.

¿Qué es lo que tú pretendes,

cuál de tu cuerpo la pretensión,

cuál de tu piel el mi obsesivo objetivo?


 

14

 

 

En la mirada solo, solo tu cuerpo tengo

y me atraviesa la pupila, el iris, la mi córnea.

Tu cuerpo en la memoria guardo

y viraliza, tu cuerpo en mi memoria viraliza,

es todo en mi memoria el tu cuerpo,

no tengo sino tu cuerpo en la memoria.

Atraviesa de mi razón las duras rejas,

rompen su férrea resistencia:

tu cuerpo a me atrapa en su desnudez,

tu cuerpo oculta de mi vista el horizonte,

tu cuerpo envuelve con su piel mi enloquecida la razón.

De mi vista ya no escapa; la cubre toda,

no veo sino de ti el desnudo cuerpo,

la magia que tu piel contiene.


 

15

 

 

Es tu cuerpo un delirio, la masacre de mi cordura.

Solo en tu cuerpo pienso, en tu piel, tu piel,

solo, solo en tu cuerpo en piel envuelto,

solo, solo en tu piel de corpórea realidad,

soy de tu cuerpo piel, piel de tu cuerpo,

solo, solo de tu piel el aire que oxigena

cada poro, cada célula, cada instante,

solo, solo de tu piel la humedad.

 

En cada parte de mi cuerpo tu piel se aloja.

En cada parte de mi piel tu cuerpo permanece.

No hay más memoria en la memoria de tu cuerpo.

No tengo más recuerdo que tu piel en mi piel.

Es tu cuerpo mi delirio, de mi cordura la anhelada la masacre,

la masacre.


 

16

 

 

Y no tengo ya forma de llamarlo:

es tu cuerpo, tu cuerpo, nada más tu cuerpo,

mas en mi cuerpo es ardor,

en mi cuerpo, cuerda, anhelo, eterna búsqueda.

Es una palabra de la vida el contenido,

única la palabra que repiten mis húmedos los labios,

única la palabra que en mi mente late.

Es tu cuerpo lo que imagino,

es tu cuerpo lo que mi sentido más percibe,

téngalo a mi alcance o solo en el recuerdo.

Tu cuerpo es memoria que de mi piel no se desprende,

es aire que mis pulmones llena

y la sangre toda que por mis venas corre.

No, de llamarlo forma no tengo ya.


 


 

17

 

 

A veces creo que de cuerpo yo carezco,

pues solo tu cuerpo cuerpo yo percibo,

mas a tiempo encuentro que con las manos

tu infinito, eterno, inolvidable cuerpo toco,

que son mis ojos los que miran de ti la piel,

mi piel la que con tu piel contacto hace.

Olvido por momentos que tengo cuerpo

y solo a percibir tu cuerpo mi vida la dedico,

solo a imaginar que a mi lado sigues

el tiempo lo dedico.


 

18

 

 

¿Y qué quieres, qué más quieres,

si solo solo tu cuerpo en mi mente,

solo, solo tu cuerpo en mi cuerpo,

entre mis manos, en mis labios, en mi piel?

 

Memoria ya no tenemos

si de tu cuerpo la imagen, la sensación no es,

mi cuerpo, mis labios, las mis manos y mi piel

si no es de tu cuerpo

memoria ya no, ya no tengo.

 

No hay olvido, no hay desmemoria,

simple, simplemente en el cuerpo, en la memoria

no me caben sino tu cuerpo, tu exquisita piel.


 

19

 

 

Mi cuerpo siempre sonríe,

mi cuerpo alegre siempre está

si de tu cuerpo noticia tiene,

si en contacto con tu cuerpo está,

si desnudo ante mí, desnudo conmigo está.

Me inunda la alegría, me ilumina,

consigue por instantes que ahíta esté.

Y cuando se aleja, su luz retira

mi cuerpo hambre insaciable tiene.

 

Mi cuerpo alegre sonríe, mi cuerpo sonriente alegra

con la de tu cuerpo la cercanía

de la piel cada poro, cada espacio, cada uno de los sus sentidos.


 

20

 

 

Mi piel siempre siempre mira

de tu cuerpo la anhelada desnudez.

Mi piel en tu piel permanece,

en tu piel ya el sentido no recobra,

en tu piel encarcelada permanece,

en tu piel, en tu piel, en tu desnuda piel,

atado mi cuerpo permanece.

 

Mi piel siempre siempre mira

de tu cuerpo la anhelada desnudez,

convertida toda en infinitos ojos

que solo a mirar mirar de tu cuerpo la perfecta desnudez

solo solo aciertan, de mi piel los ojos,

mi piel, infinitos ojos.

 

Mi piel siempre siempre mira

de tu cuerpo la tan anhelada desnudez.